ENVIO GRATIS a partir de $45.000 a todas las sucursales de Correo Argentino

Sabías que hasta hace un par de siglos sujetar y envolver a los niños para que no pudieran moverse, privarlos de alimento o colgarlos de ganchos en las paredes eran prácticas habituales? ¿O que el infanticidio y la venta de niños para utilizarlos como rehenes políticos o pagar deudas de los padres son infamias que llegan casi hasta nuestros días?

Sofía Lewicki, psicóloga especialista en crianza, se propone en este libro rastrear la voz de los infantes, "los que no hablan", como fueron nombrados en la antigüedad. Para esto se vale de lo que ella llama "la crianza del reconocimiento".

El reconocimiento no como aquel premio que nos da alguien por algo que hicimos, sino como un "re-conocerse": un volver a pasar por nosotros mismos, un volver a encontrarnos con un saber que no sabíamos que teníamos y al que nuestros propios hijos nos enfrentan. Allí nos espera nuestro propio niño herido, un trauma, una separación temprana, una burla, una no madre o padre, o un exceso de todo eso, entre otras cosas. Habrás escuchado más de una vez: "Tan mal no saliste", sin embargo, aquí estamos, embuchando comida sin tener hambre, estudiando carreras que no nos gustan, en relaciones que nos hacen mal, con problemas de sueño y de confianza, pero, sobre todo, con una gran dificultad para saber quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos.

Llegó la hora de asumir que "tan mal sí salimos" y que la única alternativa al cambio es comenzar a hacernos preguntas: ¿por qué estorban los niños en los espacios públicos?, ¿por qué molesta ver a una madre dar la teta?, ¿por qué causa escándalo pensar el puerperio como una expansión del eseo sexual y ya no como un período en el que las mujeres "enloquecen" por las hormonas?, ¿por qué deberíamos hablar de la llegada de un nuevo bebé y no de un hermanito?, ¿por qué nos resulta tan difícil la crianza? Y, la más importante: ¿seremos capaces de cambiar la historia y cohabitar con los niños sin intentar controlarlos? ¿Seremos alguna vez capaces de dejar de educar para empezar a criar?

Tan mal si salimos

$33.700,00
Sin stock
Tan mal si salimos $33.700,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Sabías que hasta hace un par de siglos sujetar y envolver a los niños para que no pudieran moverse, privarlos de alimento o colgarlos de ganchos en las paredes eran prácticas habituales? ¿O que el infanticidio y la venta de niños para utilizarlos como rehenes políticos o pagar deudas de los padres son infamias que llegan casi hasta nuestros días?

Sofía Lewicki, psicóloga especialista en crianza, se propone en este libro rastrear la voz de los infantes, "los que no hablan", como fueron nombrados en la antigüedad. Para esto se vale de lo que ella llama "la crianza del reconocimiento".

El reconocimiento no como aquel premio que nos da alguien por algo que hicimos, sino como un "re-conocerse": un volver a pasar por nosotros mismos, un volver a encontrarnos con un saber que no sabíamos que teníamos y al que nuestros propios hijos nos enfrentan. Allí nos espera nuestro propio niño herido, un trauma, una separación temprana, una burla, una no madre o padre, o un exceso de todo eso, entre otras cosas. Habrás escuchado más de una vez: "Tan mal no saliste", sin embargo, aquí estamos, embuchando comida sin tener hambre, estudiando carreras que no nos gustan, en relaciones que nos hacen mal, con problemas de sueño y de confianza, pero, sobre todo, con una gran dificultad para saber quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos.

Llegó la hora de asumir que "tan mal sí salimos" y que la única alternativa al cambio es comenzar a hacernos preguntas: ¿por qué estorban los niños en los espacios públicos?, ¿por qué molesta ver a una madre dar la teta?, ¿por qué causa escándalo pensar el puerperio como una expansión del eseo sexual y ya no como un período en el que las mujeres "enloquecen" por las hormonas?, ¿por qué deberíamos hablar de la llegada de un nuevo bebé y no de un hermanito?, ¿por qué nos resulta tan difícil la crianza? Y, la más importante: ¿seremos capaces de cambiar la historia y cohabitar con los niños sin intentar controlarlos? ¿Seremos alguna vez capaces de dejar de educar para empezar a criar?